Seguro que no os
importa... ¡No importa! Un curso, un grado de formación como otro... ya
sabéis.. no es de extrema importancia. ¡Alabada sea la relevancia!
Arte minimalista por todas partes... bueno, arquitectura.
[El narrador se hace el remolón]. Extrañamente, los servicios masculinos no rebosan
de meada por todas partes. Parece ser que en la ciudad cambian algunas cosas...
quién me lo iba a decir. Una de las variopintas sorpresas agradables con las
que he podido satisfacer mi apetito curioso. Sé que es de muy mal gusto pero
quisiera comparar esta ansia con... con un pedófilo a la puerta de una escuela
un lunes a las cinco de la tarde -¿cinco de la tarde? ¿lunes? Pero qué
puñetas...
La precisión
anterior (¿...?) me ha trastocado un poco. Querido/a lector/a (siempre el
inclusivo; no cometeré el error de mis camaradas misóginos de siglos...
añejos... dejémoslo en "anteriores"), seguramente usted esté...
¿bien? Lo siento. No voy a conversar con usted (posible lástima). Un libro es
para perderse un rato en la cabeza de otra persona..., escuchando lo que yo
quiera comunicarle. También siento la
flagrante demostración de prepotencia anterior. Volvamos al principio:
<<Seguramente usted este...>> -sigo- esperando -mire el reloj...- a
que continúe -¡no, enserio!¡mírelo!- mi gran relato, apasionante vida de un
hombre inmigrante que... -¿ha mirado el reloj? ¿No le importo, verdad?¿Tiene
que hacer algún otro quehacer?¿se siente que pierde el tiempo? Yo me siento
así. Usted no tiene remedio. Pero, responda con sinceridad... ¿ha mirado,
ojeado, observado, fisgoneado, aunque fuera de reojo el RELOJ?¿Sí? Entonces le
comunico que es un completo gilipollas. ¡GI-LI-PO-LLAS! Deletréelo conmigo.
Puede llegar a ser entretenidamente divertido. Contagioso. Si se atreve, siga
usted mis huellas... siga usted mi voz. Tómeselo como un reto personal. Intente
entenderme, empatice conmigo y nos llevaremos bien. Y no perderá el tiempo. Y
no le insulto más. Lo siento por lo de antes. [En realidad no].
No hay comentarios:
Publicar un comentario